Thursday, June 11, 2009

Grand Theft Auto Caracas

Esta vez quisiera que se tratara de la próxima entrega del conocido juego de Rockstar games, pero no, es simplemente la grotesca aproximación con la realidad de la capital del país..

Ojo, no este un artículo de esos que intenta decir como los videojuegos afectan a la juventud y demás afirmaciones. Es en verdad lo que sentí la tarde de ayer miércoles, cuando me encontraba en un bus desde Los Teques, en dirección a Caracas.

Resulta que el bus se llena, con todos los pasajeros sentados y un par de personas de pie, una en el pasillo y la otra en la puerta. Era cerca del mediodía hora en la cual la Panamericana (vía que conecta Caracas con los Teques) tiende a estar ligera de tráfico, pues hoy no era así...
A mitad de camino, estaba yo sentado en el último asiento, me encontraba leyendo un libro concentrado. De repente escucho que el chofer le dice a alguien con cierta molestia que se baje rápido. Subo la mirada y le decía a la persona que estaba parada en la puerta desde que salimos, que se bajara. El lugar era inadecuado, plena vía, sin una parada cerca. En ese momento el individuo (un carajo parecido a CJ de San Andreas) saca una pistola, amenaza con darle un tiro al chofer, mientras otro individuo que caminaba por la cuneta de la vía (evidentemente un atraco preparado), se sube al bus y saca un arma casera o como le dicen aquí "chopo". Se sienta en el asiento de copiloto y se inicia una situación violenta en donde comienza a quitarle el dinero del autobus y amenazan con matar al chofer si se detenía... Yo cargado como siempre con mi laptop, lance el bolso debajo de asiento del bus.
Todo esto en plena adrenalina, mientras uno de los hampones le decía al otro que le quitara las cosas a la gente, y que "quebrara" al que se pusiera payaso.
Se notaban los nervios de los dos individuos. Uno de ellos empezo a agarrar unos bolsos en los primeros puestos, y a recoger el dinero y celulares que entregaba la gente, mientras los apuntaba con una pistola. Fue el momento en que temí lo peor. Saqué el dinero que tenía en la cartera, escondí mi celular entre el asiento y otras pertenencias, el tipo se acercaba cada vez más al asiento final, y justo cuando irónicamente era nuestro turno "al atraco" se volteó, en una clara desesperación por bajarse del bus. Los nervios se incrementaban.
En un mometo le piden a un pasajero que estaba sentado en la parte delantera que les de el celular que acaba de esconder, este dice no tener nada y lo apuntan en la cabeza, fue uno de los momentos más crudos. Uno segundos después le dicen al chofer que se detenga y en la entrada a uno de los barrios del kilómetro 3 se bajan los cabrones. Pasaron tres segundos de silencio, mientras el chofer cerraba de nuevo las puertas y la gente exhalaba un suspiro de alivio.
Los que estabamos en la "cocina" del bus nos salvamos.. vaya susto e impotencia.
Creo son el tipo de momentos que te das cuenta de muchas cosas, e incluso de lo que serías capaz de hacer.
No más que decir, sobre el asco de país en que estamos viviendo. No se puede estar tranquilo en ningún lado, porque siempre puede llegar un cabrón a robarte lo que te jodes para poderte comprar o peor aún, no sólo se lo lleva, sino que te da un tiro.
Al final, ironías de la vida como dicen por ahí, aunque la frase este generalmente usada de manera incorrecta, el libro que iba leyendo justo antes de que empezara todo es una novela policiaca (genero extremadamente aditivo a mi gusto) de Patricia Cornwell, y su detective, más bien forense, Kay Scarpetta se encontraba en pleno suspenso antes de entrar a revisar una casa rodante donde había ocurrido un homicidio... afortunadamente, sólo ficción

1 comment:

Karen´s blog said...

Dios Jose, ese robo suena mas aterrador narrado asi, si antes andaba en pleno estado de angustia ahora más....Un besote! y que mi Dios te proteja.